Abimael Guzmán, el legado de terror del jefe de Sendero Luminoso

El fundador del grupo armado dejó muerte, terror y una historia que aún remece al país. Conozca a los funcionarios señalados por posibles vínculos con su figura.

Susana Silva, jefa del INPE, indicó en RPP noticias que el terrorista Abimael Guzmán ya se encontraba débil y presentaba un deterioro general en su salud.
11 de septiembre, 2021 | 03:47 PM

Santiago — Abimael Guzmán Reinoso murió un día antes de cumplir 29 años en prisión. Tenía 86 años, casi 32 mil muertes a cuestas y una cadena perpetua por sus incontables crímenes al mando del grupo terrorista Sendero Luminoso.

Pero su legado no solo remece a sus víctimas, sino también a la esfera política de Perú. Un reciente escándalo involucra al gabinete del izquierdista Pedro Castillo con la organización criminal. El Congreso interpelaría al ministro del Trabajo, Iber Maraví, ante su posible relación con atentados terroristas cometidos por Sendero Luminoso entre 1980 y 1981, en los próximos días. Mientras que el Ministerio Público está tras la pista del primer ministro, Guido Bellido, y del fundador del partido oficialista Perú Libre, Vladimir Cerrón, para esclarecer acusaciones por supuestos nexos con la banda armada.

VER MÁS: Muere Abimael Guzmán, líder del grupo terrorista Sendero Luminoso

En un país polarizado y con una acentuada inestabilidad política, Castillo saltó a condenar el terrorismo una vez se conoció la muerte de Guzmán. No obstante, su mentor político, Cerrón, dijo que el fallecimiento del jefe de Sendero Luminoso debe hacer “reflexionar al país si las causales del terrorismo subversivo y de Estado han desaparecido, menguado o se mantienen”, y remató: “Mientras existan grupos humanos privilegiados y otros explotados, la violencia encontrará tierra fértil”.

PUBLICIDAD

El rastro de un sanguinario

Durante dos décadas Sendero Luminoso asesinó y torturó brutalmente a miles personas. Su objetivo estaba en desaparecer a cualquiera que se opusiera a su control, masacrando a comunidades campesinas y autoridades.

Guzmán, profesor de filosofía de la Universidad de Ayacucho, estaba influenciado por el maoísmo, y creía en una “guerra popular”. Bajo este discurso reclutó a cerca de 3 mil peruanos.

Su captura se produjo el 12 de septiembre de 1992. Un grupo especial de inteligencia lo halló después de dos años de búsquedas, escondido en una casa del barrio de clase media de Surquillo, en Lima. Junto a él cayeron otros cabecillas, y la organización maoísta empezó a perder fuerza, aunque todavía no desaparece.

PUBLICIDAD

Con su muerte se reabrió una cicatriz dejada por su organización. La Federación Nacional de Víctimas del Terrorismo divulgó una declaración donde pidieron a congresistas, partidos políticos y a diferentes “actores políticos democráticos” corroborar “la muerte del mayor genocida del país”. El pronunciamiento también exigió “todas las medidas para que éste no sea el inicio del culto a su persona, cadáver e ideología”.

Por años, y mientras estuvo preso, el jefe de Sendero Luminoso no declaró a la prensa. De hecho, el recuerdo que se tenía de Guzmán en la cárcel era una foto, enjaulado y uniformado de rayas negras y blancas, la cual sería uno de sus más icónicos retratos.

Abimael Guzmán cumplía condena por más de 30 mil muertes cometidas por el grupo terrorista que lideró, Sendero Luminosodfd